Publicada la Hoja de Ruta para la gestión sostenible de las materias primas minerales
El pasado mes de agosto el Consejo de Ministros, a petición del Ministerio de Transición Energética y Reto Demográfico (MITERD), ha aprobado la Hoja de Ruta para la gestión sostenible de las materias primas minerales que refuerza la autonomía estratégica del país, se alinea con las políticas europeas sobre materias primas y herramientas nacionales, como la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo 2050 o el Plan de Acción de Materias Primas Fundamentales o el reciente REPowerEU.
Esta hoja de ruta fija un marco general para colocar a la industria extractiva en su debido lugar, como proveedora de todo lo necesario para el desarrollo económico y el mantenimiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
Servirá como herramienta de estabilidad económica para garantizar el éxito de la transición, será necesario contar con una actividad extractiva sostenible, capaz de generar en nuestro país empleo de calidad, minimizando la vulnerabilidad y dependencia de aprovisionamientos exteriores del sistema energético y de las cadenas de valor industrial. Pudiéndose realizar una exploración, extracción y tratamiento sostenibles de las rocas y minerales autóctonos.
El yeso, aunque no está considerada como material esencial, es necesario para ayudar a la transición energética de los edificios ya que las soluciones constructivas en base yeso son necesarias para la mejora de la eficiencia energética, habitabilidad, confort acústico para mejorar el parque de edificios existentes y nuevos.
El mineral de yeso es la primera materia prima que exporta España en peso. Nuestro mineral cubre el 50% de las necesidades de yeso natural que demandan los países de la UE y representa más del 12% del yeso mundial. Por tanto, el yeso extraído de España es clave para el desarrollo industrial de España y garantiza el futuro y autoabastecimiento de Europa.
El yeso un material eternamente reciclable y esencial en la construcción. Nuestra industria es un importante proveedor de soluciones para hacer realidad la mejora de la eficiencia energética aportando soluciones para la rehabilitación de edificios y nueva construcción. Gracias a la Hoja de Ruta para la gestión sostenible de las materias primas minerales, España mejorará su autonomía estratégica con una actividad extractiva más sostenible, circular, segura y eficiente, mejorando la competitividad de sus empresas y colaborando activamente para alcanzar los objetivos de la transición energética, la neutralidad climática y el reto demográfico.
La Hoja de Ruta contempla cuatro orientaciones estratégicas.
1º busca la eficiencia y la economía circular en las cadenas de valor del suministro de materias primas minerales, integrando y concretando para la industria extractiva los objetivos y líneas de actuación de la Estrategia España Circular 2030.
2º impulsar y consolidar la gestión sostenible de las materias primas minerales en la industria extractiva española.
3º garantizar la seguridad de suministro y el cumplimiento de los requisitos medioambientales, geoestratégicos y de justicia social en la importación de materias primas minerales.
4º fomentar la industria de materias primas minerales de carácter estratégico para la transición energética y digital, por su empleo masivo en la implantación de energías renovables, alineándose con las políticas europeas de acceso a los recursos y sostenibilidad.
El sector de Materias Primas Minerales, en Europa, tiene una incidencia positiva y directa sobre sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La Hoja de Ruta plantea 6 retos y líneas de acción y 46 medias con indicadores de seguimiento que servirán de base para la extracción de materias primas de forma sostenible.
Una tonelada de materia prima mineral extraída y procesada en España cumple, con más ODS y genera menores emisiones de CO2 que otra tonelada procedente de casi cualquier otro lugar del mundo, donde su extracción y tratamiento se realizan bajo legislaciones, probablemente, menos estrictas que la europea, en cuanto a la protección del medio ambiente, de la seguridad y salud de las personas, de los derechos humanos, la transparencia, etc. A esta producción en terceros países hay que añadirle unos mayores costes ambientales (huella de CO2 (GEI Scope 3), entre otros) y económicos derivados del transporte, frente a una explotación local con estándares elevados de control medioambiental y claramente menores impactos de todo tipo.